miércoles, 26 de octubre de 2016

Adiccion Alcohol

¿Qué es el Alcoholismo?

Todavía mucha gente cree que la adicción al alcohol (alcoholismo) es un asunto moral o de carácter, algo que tiene que ver con depravados o con gente sin fuerza de voluntad.
Frecuentemente se cree, de manera errónea, que los adictos al alcohol (alcoholicos) serían capaces de dejar de beber si estuvieran dispuestos a cambiar su conducta. La realidad es que sin la ayuda de especialistas, es bastante difícil salir del alcoholismo, la intervención en centros de desintoxicación de alcoholismo mejora notablemente las posibilidades de éxito.

Adicción Alcohol (Alcoholismo) en los Alcoholicos

Por otro lado, muchos creen erróneamente que la adicción al alcohol (alcoholismo) es simplemente un consumo demasiado alto de alcohol, y el alcoholico es adicto simplemente porque ha decidido beber demasiado. Pero científicos, médicos y psicólogos coinciden de manera contundente en diferenciar el abuso alcohol de la adicción al alcohol. Las investigaciones demuestran que la adicción, al contrario que el uso o incluso el abuso de alcohol, no es un problema de libre decisión. La adicción comienza cuando hay un abuso de las bebidas alcohólicas, es decir, cuando el consumidor “decide” conscientemente tomar alcohol de manera repetida y habitual. Esto implica introducirse, en un proceso cualitativa y cuantitativamente diferente, de consumo compulsivo de alcohol y de daño en el tejido cerebral del adicto.
Mientras que el uso y el abuso de alcohol implican un comportamiento sobre el que el individuo ejerce un cierto control, la adicción es algo diferente. Hoy se empieza a entender por qué los alcohólicos pueden sacrificar todo lo que es importante en su vida -sus trabajos, sus familias, sus casas- en la búsqueda y consumo de alcohol. Y se empieza a entender que la adicción al alcohol es un problema de salud pública que afecta a mucha gente y que tiene consecuencias en amplios sectores sociales.
La adicción al alcohol no es sólo un trastorno psicológico ni sólo orgánico, aunque pueda relacionarse también con determinados factores psicosociales. Esto significa que no puede ser tratada sólo por un tipo de especialista. Tampoco es un problema moral, y por tanto acudir a una iglesia sólo puede ayudar para advertir al adicto (alcohólico) que busque ayuda, pero no sólo ayuda divina. Decirle a un adicto (alcohólico) que el alcoholismo está sólo relacionado con el carácter, con problemas emocionales o con dificultades en su familia es erróneo e insuficiente. Hoy en día se sabe que no existe una personalidad adictiva. Por otro lado, aunque un alto porcentaje de adictos al alcohol (alcohólicos) tienen una predisposición genética a esta enfermedad, la predisposición genética puede ser superada y no es razón fundamental por la que se constituye en adicto al alcohol. En definitiva, la genética es un factor de riesgo, pero no es un destino.

Centros de Desintoxicación de Alcoholicos. El Alcoholismo: una Enfermedad Tratable

En base a las múltiples investigaciones realizadas sobre la adicción, se puede concluir que ésta es una enfermedad reincidente y tratable. En la última década, los espectaculares avances de la tecnología han permitido a los científicos examinar el cerebro para investigar las causas, mecanismos y consecuencias de la adicción, y se ha llegado a una importante conclusión: la adicción al alcohol es una enfermedad que afecta el cerebro del adicto. El alcohol no sólo interfiere en el funcionamiento cerebral normal al crear fuertes sentimientos de placer, sino que además, tiene efectos a largo plazo en el metabolismo y la actividad del cerebro. En un determinado momento del consumo o del abuso de alcohol, se producen cambios cerebrales que convierten el abuso en adicción, en enfermedad reincidente. Así, los adictos al alcohol sufren un intenso y compulsivo deseo de beber (craving) y no pueden abandonar el consumo por sí mismos. Este comportamiento es extremadamente dominante y difícil de controlar como muchos signos físicos de dependencia. Así, el cerebro termina adaptándose patológicamente al alcohol y su metabolismo se altera, modificando procesos psicológicos que repercuten finalmente en la conducta del alcohólico.
Por tanto, es posible abusar del alcohol sin ser adicto a él, aunque el abuso frecuentemente conduce a la adicción. Algunas personas pueden abusar del alcohol – y si dejan de beber sufren el denominado síndrome de abstinencia- pero no son consumidores compulsivos y por tanto no son adictos. La adicción implica, como se ha anotado, un intenso e irresistible deseo de beber, un comportamiento de búsqueda compulsiva de alcohol, el desarrollo de la tolerancia y la dependencia. El consumo de alcohol se vuelve obsesivo. El adicto está atrapado. El problema o la situación que desencadenó supuestamente el consumo de alcohol se ha borrado de su mente, así como se borra todo lo que antes de la adicción tenía valor. En este punto, en lo único que puede pensar es en conseguir y consumir alcohol. Por tanto, se pierde el control de este consumo y se ignoran sus gravísimas consecuencias, y sólo el tratamiento llevado a cabo por profesionales, en los centros de alcoholismo, puede lograr una recuperación de esta enfermedad.
El diagnóstico de adicción al alcohol se puede hacer si se han experimentado o manifestado alguna vez durante el último año tres o más de los siguientes síntomas:
  • Un fuerte deseo o compulsión por beber alcohol.
  • Incapacidad para controlar el comienzo del consumo de alcohol, la interrupción de este consumo o los niveles de bebida.
  • Síntomas de abstinencia: experimentar síntomas físicos después de pasar un periodo corto de tiempo sin beber. Entre estos síntomas están ansiedad, agitación, dolor de cabeza, alteraciones auditivas, nauseas y vómitos, nublamiento sensorial, ataques, delirio, alteraciones táctiles, sudoración excesiva, temblores, signos vitales elevados o alteraciones visuales.
  • Tolerancia al alcohol: tener que beber cada vez más alcohol para conseguir los mismos efectos. Mayores dosis de alcohol son necesarias para conseguir los efectos que antes se conseguían con dosis más pequeñas (ejemplos claros de tolerancia se pueden ver en personas dependientes del alcohol que pueden tomar dosis diarias suficientes para incapacitar o matar a consumidores no tolerantes).
  • Abandono progresivo de intereses o diversiones alternativas a las ligadas al consumo de alcohol.
  • Incapacidad para limitar el consumo de alcohol a pesar de la aparición de complicaciones médicas, como daños en el hígado, por el excesivo consumo.
  • Estrechamiento del repertorio personal de pautas de consumo de alcohol (por ejemplo, beber sólo una marca o tipo de bebida alcohólica, o tendencia a beber alcohol de la misma manera los días laborables y los fines de semana a pesar de las limitaciones sociales que marcan cuál es la conducta apropiada para beber).
Las personas que han desarrollado dependencia del alcohol requieren generalmente ayuda externa para dejar de beber, que normalmente incluye desintoxicación y tratamiento médico en centros de desintoxicación de alcoholicos. Estos centros están especializados en la desintoxicación y tratamiento de los efectos del alcoholismo

Diez consejos para superar una adicción

Decálogo para luchar contra la adicción

(1) Admitir el problema y decidir hacer un cambio. El primer e indudable paso ante cualquier adicción – o toda patología – es aceptar la realidad y ser consciente de que la adicción que se tiene no es saludable y perjudica la salud.
(2) Tomar consciencia. Ya sabes que tienes un problema, una adicción. Ahora bien, ¿estás dispuesto a hacer el cambio? Analiza cuán dispuesto estás a superar la adicción. Para lograr la recuperación debes querer mejorar.
(3) No pienses que estás loco. Elimina tus prejuicios y ten la mente abierta. Las patologías mentales no significan estar loco y cualquier persona puede caer en una adicción, una respuesta innata para cubrir problemas o angustias más profundas. Ahí está el verdadero trabajo personal – analizar qué ha motivado la patología – pero para ello, primeramente, se debe tratar la sintomatología de la adicción y erradicarla.
(4) ¡Inicia un tratamiento psicológico! Nadie mejor que un terapeuta podrá guiarte adecuadamente en los pasos de tu recuperación. Podrás expresarte abiertamente y encontrar en tu interior las respuestas a tus propias preguntas. El psicólogo es el guía que te abre la puerta a tus herramientas personales para potenciarlas.
(5) Apúntate a un grupo de apoyo. Aunque parezca de película, es la realidad. Una adicción conlleva el sentimiento de soledad e incomprensión pero, como se suele decir, “no estás solo”. Hay mucha gente que está pasando o ha pasado esta misma situación así pues, ¿por qué no apoyarse unos a otros? Los grupos terapéuticos de apoyo son esenciales en patologías de adicción ya que permiten compartir la experiencia, encontrarse protegido y escuchar las estrategias de aquellos que están en un mejor estado. Son espacios íntimos donde no hay prejuicios ni vergüenzas: todo el mundo está al mismo nivel.
(6) Sigue las indicaciones pautadas. Aunque algunas puedan sonarte ilógicas, todas las recomendaciones terapéuticas tienen su razón en el tratamiento. Piensa que si la adicción está arraigada, tu inconsciente buscará cualquier posibilidad para dar rienda suelta al síntoma – sea el motivo de adicción que sea. Así pues, aunque cueste, atáñete a todas las pautas. Si se te imponen es por una razón.
(7) Pide la ayuda y colaboración de las personas más cercanas y/o de convivencia. Superar una adicción por propia cuenta es muy difícil y aún teniendo la ayuda psicológica también es importante contar con el apoyo de las personas más íntimas. La familia, la pareja o las amistades deben conocer qué ocurre y cómo actuar a fin de ayudarte a mantener esas pautas que pueden ser tan difíciles de seguir. Así, te podrán ayudar en momentos de mayor debilidad y alejarte del objeto de adicción.
(8) Evita las tentaciones directas pero no huyas de las actividades sociales naturales. Esto significa que evites aquellos contextos que están destinados al motivo de tu adicción – por ejemplo, si sufres alcoholismo, no acudas a un “botellón”. Pero tampoco quiere decir que evites todo contacto social que derive de un contexto sano o lógico – por ejemplo, una cena en un restaurante; en este caso no es el mismo contexto que un “botellón” y, aunque hay quien pueda pedir bebidas alcohólicas, no todos los comensales lo harán o bien puedes pedir la ayuda de alguna amistad.
(9) Toma especial atención cuando empieces a mejorar. Son momentos en que fácilmente puedes dejarte llevar por la felicidad de estar bien y pensar la típica frase de “por una vez no pasa nada”. Si que pasa, pero tampoco te martirices. La clave es no minimizar las recaídas y poder llevarlas a terapia a fin de analizar la situación. Tener en cuenta que sí has recaído pero que no supone tu perdición. Las recaídas se entienden como un proceso natural en la recuperación de una adicción, cuya mejoría se observa cuando éstas se van espaciando cada vez más en el tiempo.
(10) Recuerda que SÍ se puede superar. No lo olvides nunca y tenlo presente. Aunque recaigas, aunque lleguen época difíciles y donde te sientas más vulnerable, ten el optimismo y la fuerza para tirar adelante. Si otros han podido, tú también. Así que olvida la idea de “yo soy diferente” o “yo no podré” porque es totalmente falso: del mismo que todos podemos caer, todos nos podemos levantar.

Cómo superar una adicción

Escribe los efectos dañinos de tu adicción. Puede que no te sientas bien al reconocer todas las formas en las que tu adicción te hace daño, pero ver la lista sobre papel te ayudará para que te decidas a detener tu adicción lo más pronto posible. Saca un lápiz y un trozo de papel y escribe una lista que incluya todos los efectos negativos que has experimentado desde que empezó la adicción.
  • Piensa en la forma en la que la adicción haya afectado tu salud física. ¿Tienes mayor riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardíacas, o cualquier otra enfermedad como resultado de tu adicción? Tal vez tu adicción ya causo un gran daño físico.
  • Lista las formas en las que la adicción te haya hecho daño mentalmente. ¿Te sientes avergonzado por tu adicción? En muchos casos, la adicción lleva a sentimientos de pena y culpa, al igual que a períodos de depresión, ansiedad, y otros problemas emocionales y físicos.
  • ¿Cómo ha afectado la adicción tu relación con las demás personas? ¿Tu adicción evita que pases tiempo con las personas que amas, o no te da el tiempo suficiente para llevar el tipo de relación que quieres con las demás personas?
  • Algunas adicciones también conllevan una gran carga financiera. Escribe la cantidad de dinero que tienes que gastar a diario, a la semana, o al mes, para mantener tu adicción. Escribe si tu adicción te ha afectado en el trabajo.
  • ¿Qué molestias enfrentas a diario por culpa de tu adicción? Por ejemplo, si eres fumador, tal vez estés harto de tener que salirte de la oficina cada vez que quieres fumar un cigarrillo.